quinta-feira, 4 de novembro de 2010

Obama intenta frenar la ofensiva republicana contra sus reformas

Clarín

Todavía no había transcurrido una hora desde que el presidente Barack Obama invitó ayer a la Casa Blanca a los jerarcas del Partido Republicano en el Congreso y en el Senado para iniciar la búsqueda de un consenso que les permita gobernar juntos durante los próximos dos años cuando tuvo lugar la tajante respuesta: “Si Obama quiere negociar con nosotros tendrá que dejar de lado su agenda y moverse en nuestra dirección. Pero como no podemos contar con eso, nuestra prioridad número uno será trabajar para que no sea reelecto”, dijo palabras más palabras menos, el líder de los republicano en el Senado, Mitch McConnell, durante el discurso que pronunció en The Heritage Foundation, uno de los “think tanks” más conservadores de Washington. La reacción inmediata del presidente fue intentar frenar la ofensiva. Los invitó a trabajar juntos porque “no se puede pasar los próximos dos años peleando”.

La de los republicanos fue una declaración de guerra, pero eso no fue todo. Envalentonados por su triunfo y de cara a las elecciones de 2012, el establishment republicano calificó a la reforma de salud del presidente Obama como una “monstruosidad” y pidió achicar el Estado.

La respuesta de Obama fue invitar a los principales dirigentes del Partido Republicano a reunirse con él en la Casa Blanca a mediados de noviembre, afirmando que no quiere pasar “dos años únicamente peleando” con los vencedores de las legislativas del martes.

“Está claro que los votantes enviaron un mensaje: quieren que nos centremos en la economía y el empleo y en hacer avanzar este país”, declaró el presidente. “Ellos quieren cambiar el tono aquí en Washington, donde los dos partidos van a acercarse y centrarse en las cosas de la gente en vez de sumar puntos políticos”, agregó.

Pero desde la jerarquía republicana están pensando en llegar a la Casa Blanca en 2012. En esa dirección ayer comenzaron a despegarse del Tea Party a quien acusaron de haber impedido otra victoria republicana en el Senado.

Trent Lott –ex jefe de la bancada republicana en el Congreso– se quejó: “No hicimos competir a nuestros mejores candidatos. De haber presentado personas más ligadas al partido en al menos tres casos, Delaware, Nevada y Colorado, el resultado habría sido muy distinto.” En efecto, los republicanos daban por descontada una victoria en por lo menos dos de esos estados. En las internas partidarias ganaron, sin embargo, dos representantes del extremismo del Tea Party, la ex activista antimasturbación Christine O’Donnell en Delaware y Sharron Angle, quien enojó a los votantes latinos en Nevada a los que presentó en sus cortos publicitarios como pandilleros y traficantes de drogas. Ambas fueron derrotadas por sus rivales lo que impidió que el Partido Republicano obtenga la mayoría de las bancas en el Senado.

Es la primera vez en la historia electoral estadounidense que una victoria de la magnitud de la que tuvieron los republicanos en la Cámara de Representantes no es acompañada por un triunfo en el Senado.

De todas maneras, Obama sabía que después de las legislativas del martes la relación con la oposición republicana no iba a ser fácil, sin embargo las virulentas declaraciones de McConnell sin duda superaron todos sus cálculos. Si alguien creyó que el GOP, es decir el viejo Gran Partido Republicano, sería magnánimo en su victoria se equivocó rotundamente.

“Durante la última semana, algunos dijeron que fue poco delicado de mi parte sugerir que nuestra prioridad en los próximos dos años debería ser negarle a Obama un segundo mandato,” dijo el líder de la bancada republicana en el Senado. “Pero lo cierto es que si nuestros objetivos legislativos principales son revocar y reemplazar la reforma del sistema de Salud; terminar con los rescates; reducir el gasto público y el tamaño del gobierno, la única manera de hacer todas estas cosas es colocando a alguien en la Casa Blanca que no vete nada de esto. Podemos esperar que el presidente comenzará a escucharnos después de las elecciones del martes. Pero no podemos contar con eso”, dijo.

Los últimos sondeos de opinión muestran que si hoy tuvieran lugar las elecciones presidenciales de 2012 los dos candidatos republicanos favoritos le ganarían a Obama . El gobernador de Massachusetts y ex candidato a presidente en el 2008, Mitt Romney, se impondría con el 50% contra el 45% y el ex gobernador de Arkansas –y también ex candidato presidencial hace dos años– Mike Huckabee le ganaría por 52% contra 40%.

Obama sólo sale ganador si compitiera con la candidata a presidenta republicana, Sarah Palin. En ese caso el resultado sería 52% contra 44%. Pero debido a que las divisiones entre el Partido Republicano y el Tea Party han comenzado a profundizarse hay observadores que ya han comenzado a hablar sobre la posibilidad de que en 2012 haya tres candidatos lo que sin duda favorecerá a Obama.

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