sábado, 21 de agosto de 2010

El Pentágono advirtió que la guerra en Irak aún continúa

La Nación

BAGDAD.- Pese al retiro anticipado de las tropas de combate norteamericanas en Irak, el Pentágono aclaró ayer que la guerra en el convulsionado país aún no terminó y que los 50.000 militares que permanecerán allí hasta fines de 2011 seguirán ejecutando acciones antiterroristas.

"Hasta donde yo sé, nadie ha declarado el fin de la guerra en Irak", afirmó Geoff Morrell, vocero del Pentágono. Y agregó: "Todavía hay enfrentamientos armados allí, por lo que las acciones antiterroristas seguirán siendo parte de la misión de los soldados que continúan desplegados en ese territorio".

En un intento por ayudar a las fuerzas de seguridad iraquíes a mantener la presión sobre los grupos extremistas y proteger a la población local, "las tropas estadounidenses continuarán conduciendo operaciones conjuntas contra los insurgentes", precisó el vocero.

De los 56.000 militares estadounidenses que permanecen hoy en Irak, 6000 saldrán para el 1° de septiembre, fecha de inicio de la llamada Operación Nuevo Amanecer, en la que los 50.000 soldados restantes participarán en tareas de estabilidad, asesoramiento, capacitación y apoyo a las fuerzas de seguridad iraquíes.

Si es necesario, sin embargo, esos soldados estarán listos para misiones de combate. "Sería un error decir que la lucha ha llegado a su fin debido a la retirada de esta brigada, porque todavía queda trabajo por hacer", dijo, por su parte, el vocero del Pentágono Bryan Whitman.

En las últimas semanas, el incremento de la violencia en Irak volvió a poner en duda la capacidad del ejército local para garantizar la seguridad del país sin la presencia de las tropas norteamericanas. El jefe de operaciones especiales del Pentágono, el general Patrick Higgins, además, recordó que la estructura de la red terrorista Al-Qaeda permanece "relativamente intacta" en Bagdad.

Ayer, sin ir más lejos, el grupo de insurgentes islamistas The Islamic State of Irak, vinculado con Al-Qaeda, se adjudicó la autoría del atentado suicida perpetrado el martes contra un centro de reclutamiento del ejército iraquí en Bagdad, que con 59 muertos y 125 heridos se convirtió en el ataque más sangriento del año.

En un comunicado, el grupo señaló que su atacante pasó fácilmente por retenes para luego detonar sus explosivos entre numerosos oficiales y reclutas, lo cual demostró la facilidad para burlar a las fuerzas de seguridad iraquíes, "que son incapaces de proteger al país sin la ayuda de Estados Unidos".

Ayer, por otro lado, el primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, y el ex primer ministro Iyad Allawi reanudaron las negociaciones para formar un nuevo gobierno y poner fin al vacío político en el que se haya inmerso el país desde hace meses.

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